AMBICIÓN
¡Partamos! El espíritu impaciente
Anhela por volar a su albedrío:
Ni llanto, ni piedad: el pecho mío
Solo, inmensa ambición, tu imperio siente.
¡Revueltas ondas de la mar rugiente,
Rayos que el cielo enrojecéis sombrío,
Vuestra furia y tumulto desafío
Con labio mudo y con serena frente!
Ya, suelta el ala del bajel, me siento
Cruzando, ¡oh gloria!, el piélago profundo;
¡Quién pudiera también el firmamento!
¡Oíd! nos llama el soplo gemebundo.
Del águila la herencia es todo el viento,
Y la herencia del hombre es todo el mundo.
Miguel Antonio Caro