LO QUE NO SE ESCRIBE
¡Dulce madre! ¡hermana mía!
Mi amor quisierais en vano
Hallar aquí.
No cabe en una armonía
Mi amor de hijo y de hermano:
¡Buscadlo
en mí!
El poseedor de una fuente
No guarda míseras gotas.
Si vuestras son
Mi alma, mi vida, mi mente,
¿A qué guardar breves notas
Del corazón?
La pluma al papel traslada
La palabra, y aun el canto,
Y allí vive.
Lo que dice una mirada.
Lo que el silencio y el llanto,
¡No se escribe!
Miguel Antonio Caro