TRABAJA CON ORÍGENES
No escuchaba a los pájaros
porque de su mirada
se le desprendía
la canción más eterna.
Así saltaba
su sangre vagabunda,
repitiéndose,
haciendo respirar las amapolas,
ensanchando los ríos con su olfato,
creciendo a cada instante en la marea
oculta y pensativa de los senos
en donde duermen tibios fuegos blancos.
Manuel del Cabral