CRECIMIENTO HACIA ADENTRO
El vuelo, no el ala. La sed, no los ríos.
El alma,
no la forma,
no lo físico,
no el cuerpo.
Oh, materia que fuiste siempre secundaria.
Tu pobre presencia,
tu espacio limitado,
tu ley acostumbrada,
tu mañoso,
tu terco
respirar a reloj, están gritando:
fue primero la esencia, no lo manifestado.
Fue primero lo libre, no lo reprimido.
Entonces,
para qué insistir en lo medido,
en lo que a cada paso
nos dice que lo accesorio
es lo que por ser lo incierto
da vueltas falsas
en torno a lo seguro, a lo único...
al Uno permanente,
pero sin tocarle,
sin relacionarse con la Eternidad.
Manuel del Cabral