CAMINA
Camina el jefe del pueblo
después de beber café.
Y una voz que no se ve,
grita al oído:
—Mire, jefe, que hay un hombre
que allí está herido.
—Lo sé.
Camina el jefe del pueblo
después de beber café.
Y vuelve la voz y dice:
—Jefe, que un hombre no ve;
tiene llanto entre los ojos,
y tiene plomo en los pies.
—Lo sé.
Sigue caminando el jefe
después de beber café.
Y la misma voz le grita:
—Murió un hombre allí de sed.
¿Qué haremos, ahora, jefe?
—Que haga pronto el hoyo usted.
Y el jefe sigue su rumbo,
pero también
el jefe sigue pensando ...
Piensa sólo a qué hora es
la otra taza
dc café...
Manuel del Cabral