NOCHE ARCANA
En la alta noche mística sobre el campo dormido
su pabellón de estrellas enarca el firmamento:
vasto velo litúrgico punteado de argento
y oro en fondo pálido de azul desvanecido.
Hierve en torno un silencio musical: el ruido
que de la avara urna del éter, ¡oh portento!,
en otra noche mística hasta otro oído atento
bajó para que ahora pueda llenar mi oído.
Hombre que ves, escucha: no es solo a la pupila
regalo esta colmena de luz, honda y tranquila.
Aprende a oír el ritmo que entre los orbes yerra.
Si solo ves, ¿qué haces en las noches oscuras?
Aprende a oír, y oirás a Dios en las alturas
y gozarás la paz prometida a la tierra.
Mario Carvajal