FALSO ESPEJO
Venimos contemplándonos en un antiguo espejo
donde no se refleja nuestro entorno:
sólo el perfil, la línea, la figura
que avanza imaginadamente exenta.
Es un espejo falso: tiene doble
luna, falaz azogue lo reviste
y reproduce siempre un yo nunca completo.
Cual desde la penumbra de una sala
cómodo espectador, frustráneamente,
contemplando el trajín del escenario
las marionetas mira y no percibe
el haz de hilos que las traen y llevan.
Somos espectadores de nosotros
en un espejo atroz que nos confunde,
nos capta en sus reflejos ilusivos
que son el mar en el que nos perdemos,
imagen entre imágenes, felices,
pseudo seguros y pseudo arriesgados
por rutas de oceánicos cristales.
Navegantes o peces, sin ver cabrias,
sin ver timón ni cabos, sin ver redes
que a puertos y almadrabas nos conducen
mientras se aleja mar adentro
la libertad, esa mujer que tiene
extrañamente nuestros mismos ojos.
Leopoldo de Luis