EN EL NATALICIO PATRIO
¡Patria! Yo no te olvido en este día,
y evocando tu fausto natalicio
siento todo tu horrendo sacrificio
y tu tristeza es la tristeza mía.
Ante tanto esplendor que me rodea,
en esta Roma de sin par historia,
siento el orgullo de tu inmensa gloria
y adoro, más que nunca, tu bandera.
Mi vida entera consagré a tu culto,
por tu honor me batí como un soldado,
ignoré en tu defensa el desaliento...
Y la calumnia, el odio y el insulto,
que mi largo camino han jalonado,
hoy los trofeos son que te presento.
Juan E. O'Leary