DE PLAYA EN PLAYA
IV
EN MADRID
Llueve... y un ciego canta un canto triste
en la calle; es un canto que desgarra
el corazón... se queja la guitarra,
y parece que llora cuanto existe.
Llueve... y el canto agónico persiste
bajo el cielo que finge una pizarra
enorme; en ese canto, el ciego narra
toda la pesadumbre que le asiste.
Llueve... y el ciego, el instrumento agarra
con más vigor, y entona: «¿Por qué huiste
de mí, de tu casita y de tu parra?»
Llora el ciego... la lluvia cae y viste
de aljófar puro el instrumento triste;
mas... ¿no será que llora la guitarra?...
Julio Flórez
El segundo soneto de esta poema coincide con el poema XII de "Gotas de ajenjo" Fue en tiempo de borrascas, en una selva obscura.