A PEDRO NEL OSPINA
Tú sí tienes pudor: has puesto el hierro
rojo en la herida que aún la sangre brota.
Eres digno; tú no eres como el perro,
que acaricia la mano que lo azota.
Tú sí tienes vergüenza: has puesto el puño
en el semblante del ladrón temido,
del patán de los cerdos y del cuño;
así se aplasta el rostro de un bandido.
Con el pie diste a la felona audacia,
y si faltaste a sosa diplomacia,
salvaste la verdad con el decoro.
¡Oye! ¿No escuchas? En el mundo entero
te están dando el aplauso verdadero
los que prefieren el honor al oro.
Julio Flórez