TUS MANOS
Esas manos delicadas,
fragantes como una flor,
pienso que carbonizadas
van a ser, de mis miradas
por el intenso calor.
Sí, porque mucho las miro
y además, porque ellas son,
frágiles como un papiro
y blandas como un suspiro
de tu ingrato corazón.
Cuando las puedo estrechar
y en las mías retener,
pienso, con hondo pesar,
que se van a evaporar
o que se van a romper.
Pero... aunque me martirices,
en mis duras manos pon
tus manos, porque ellas son,
con sus dedos, diez raíces
que entran en mi corazón.
Como las quiero arraigar
para siempre, por los días
que me restan de pesar,
¡no las volveré a soltar
cuando estén entre las mías!
Julio Flórez