A MEDIA VOZ
Un cielo de verano,
una piedra y los dos en esa piedra,
que tapiza la hiedra,
sentados y cogidos de la mano.
Un árbol cerca, un nido
en el árbol y un ave
que llega sin ruido
y que registra de su voz la clave.
A nuestros pies un lago cristalino
y en él dos cines que su cuello enlazan;
espumas que reinventan de contino
y linfas que parece que se abrazan.
De pronto... un dulce beso
que se difunde por el aire vago;
si conmigo tu quieres hacer eso,
yo tengo una piedra y árbol, nido y lago.
Julio Flórez