¡OH MAR!
¡Oh mar, tú me consuelas y me abismas
con tu eterno clamor de encarcelado!
¡también mi corazón atormentado
tiene y tendrá tus amarguras mismas!
Sueño ser algo tuyo
en esta noche bella,
¡como sueña el cocuyo,
ser algo de una estrella!
Al recordar las dulces barcarolas
que ella y yo, bajo el oro de tus brumas,
cantábamos ayer, juntos... a solas.
Tanto, al mirarte, el corazón me abrumas,
que quisiera ser una de tus olas...
o quisiera ser un jirón de tus espumas.
Julio Flórez