CXIII
Si yo pudiera desgarrar la oscura
sombra que envuelve tus despojos yertos,
y contemplar deshecha tu hermosura
en medio del recinto de los muertos,
y volverte la vida un solo instante,
al mirarnos atónitos las caras,
¡cómo rïera yo de tu semblante!
Y tú, pobre mujer... ¡cómo lloraras!
Julio Flórez