V
Bajo nevadas moles la gruta nunca vista,
como un templete, al rayo lunar se tornasola;
y entre pilares truncos la estalagmita sola
deslumbra los silencios con lampos de amatista.
Se ve radiar el ónix en la saliente arista;
y cuando el ámbar mueve su moribunda ola,
abriendo en las arcadas espléndida aureola
proyecta el arco iris su vacilante lista.
Sobre el barranco, un ciervo vivaz se sobresalta
y hacia la azul caverna la pronta oreja tiende;
con pávidos resoplos, en ágil curva salta,
y el casco, hiriendo el témpano de gualda y de jacinto,
parte el cristal, que rueda retiñidor, y enciende
en ópalos fugaces el sordo laberinto.
José Eustasio Rivera