SAN COSME, 1854
Mundo de vidrio en la litografía. Jardines
en donde ahora se atropellan los coches.
Casas y fuentes y árboles frutales,
hoy estacionamientos desolados.
Aire sin mancha
y no el actual irrespirable veneno.
Pero no creas
en la nostalgia inmemorable: debajo
del tibio edén que se detuvo en la imagen había:
desagüe a la intemperie, miles de esclavos,
seis o siete horas para hacer la comida
—y gran dificultad para bañarse.
José Emilio Pacheco