POMPEYA
Qui su l’arida schiena
Del formidabil monte
Sterminator Vesevo...
GIACOMO LEOPARDI, La ginestra
La tempestad de fuego nos sorprendió en el acto
de la copulación.
No fuimos muertos por el río de lava.
Nos ahogaron los gases; la ceniza
nos sirvió de sudario. Nuestros cuerpos
continuaron unidos en la roca:
petrificado espasmo interminable.
José Emilio Pacheco