MAR QUE AMANECE
Navegando en el alba
el gran mar solo
incendia lo que toca.
Pero la espuma
alza su sed de nube,
de raíces
al camino del río
y en la arena
duerme como las barcas:
ciega mirada con que el mar descubre
el final de su cuerpo.
Así el mar amanece,
gloria que se propaga, cotidiano
nacimiento del mundo.
(El otro mar,
nocturno
bajo la sal
ha muerto).
José Emilio Pacheco