MADRE
En el cercado prenatal del tiempo, allí
donde se neutralizan los nombres de las cosas,
está la madre.
Observa
la trabazón de la cocina, el incoloro
significado de los desperdicios,
el granero que emerge de pura redondez.
La madre está alojada en su linaje,
habla de esponjas y alacenas, habla
de efigies, de pretéritos, de agujas,
sabe aislar las mentiras
que anidan de continuo en la verdad.
Cada vez más evoca a una madre primera,
tiene el rostro marcado
de una orfandad de hija y de recién parida,
no se equivoca nunca
porque nunca tampoco ha sabido quién era.
José Manuel Caballero Bonald