NECIOS CONTIGUOS
Abstemios y locuaces viven juntos
en la casa de la infelicidad.
Allí reciben con asiduo encono
a gentes ambidextras, adiestradas
en los arduos oficios
de la majadería y en los siempre viscosos
preceptos de los bienpensantes.
A chorros
vociferan, declaman,
abominan del rango de infractores, gustan
del sonsonete atroz de las tertulias,
consisten en ser sólo lo que son:
el eco triste de otros tristes ecos.
Escrito está en los márgenes
de libros y botellas:
los necios se asesoran de otros necios contiguos.
José Manuel Caballero Bonald