NIEBLA Y ALUCINACIÓN DE MEDIODÍA
Día sin sol. Nublado.
El filo de una daga brilla duro
como un remordimiento.
Ella no viene. Mueble seco, amargo.
No está
y no ha existido.
Y sin embargo tiene
el color que más sienta a la tristeza
y la cabeza apenas inclinada
como una hoja en la tierra.
Han sonado las doce.
Aparece en la puerta sin mayor
prisa, serenamente.
Cada paso que da tiene mil años
como si caminara entre la niebla.
¿Día sin sol?
¡Día con sol! Poblado,
gozoso de ser dos en un solo silencio.
Juan Bañuelos