Esta tarde
estoy sentado a la mesa
de tu cuarto
y sé que soy un extraño.
Escribo unas cartas
y escucho tu tocadiscos.
Desconozco, por lo demás,
el efecto que pueda causar
mi habitación a una amiga
de simple referencia.
Estoy sentado a la mesa.
En la que me han contado,
que sueles llorar
mientras subrayas ideas
en tu libro de lectura.
José Antonio González-Haba