TRADUCCIÓN DE JOSÉ-MARIA DE HEREDIA
LA DIOSA HAYA
Levantó el del Garona su rústica morada
bajo un haya robusta del bosque en la aspereza;
de un Dios, savia potente nutre su alba corteza.
Su horizonte es la selva que cubre su mirada.
El hombre encuentra en ella, sombra entre la enramada
y leña en el invierno; y en oscura maleza,
lo que caza, o en redes alcanza su destreza,
o para abrigo suyo, en la estación helada.
Largo tiempo ha vivido vida libre y dichosa,
y al volver a su albergue, de tarde, cariñosa
el Haya con sus brazos parece que lo llama;
y cuando al fin la Muerte doble su frente fría,
para ataúd darales a sus nietos, un día,
su corazón nudoso la más hermosa rama.
Ismael Enrique Arciniegas