TRADUCCIÓN DE JOSÉ-MARIA DE HEREDIA
NEMEA
Después de que hubo al bosque el Domador entrado,
Las formidables huellas entre árboles siguiendo,
Anunció el rudo choque, de un rugido el estruendo.
Hundiese el sol, y entonces todo quedó callado.
Por entre matorrales y zarzas, aterrado,
Un pastor de esos valles, que a Tirinto iba huyendo,
Se vuelve, y ve con ojos de espanto, que el horrendo
Monstruo surge, de frente, sobre áspero collado.
Y un grito lanza. Ha visto al terror de Nemea
Sobre el cielo rojizo, con mirar que chispea,
Con siniestros colmillos y repugnante traza;
Pues la sombra que invade el espacio anchuroso,
Bajo la piel horrible que a Hércules disfraza,
Al mezclar hombre y fiera, finge un Héroe monstruoso.
Ismael Enrique Arciniegas