NACIMIENTO DEL ÁNGEL
La madre dio a luz a este ángel hirsuto.
A la sombra del nogal, al final de la casa.
Una vieja, desde la ventana,
vio a su hija soltera alumbrar
a esta criatura alada,
de cara marchita y ojos dorados.
El infante, al nacer, acarició la mano
de su madre un momento.
Un pájaro guardó silencio
en las ramas deshojadas.
La vieja, en la ventana,
tejió las sombras con manos descarnadas.
Desde un muro de piedra,
un mendigo acechó el parto.
No se le había visto antes en el pueblo
y no se le vería después.
Cerca se oyó pasar el agua de un río desaparecido.
Pronto cayó la luz de una estrella ya muerta.
En el aire flotó un olor a vegetación descompuesta.
En la ventana negra la abuela ya no estuvo.
La mujer, acostada,
vio por última vez a su hijo.
Él partió descalzo
hacia los campos de la tarde amarilla.
Homero Aridjis