DESCENSO A LA CIUDAD POLUTA
Antes de que desciendas a la ciudad poluta
mira el cielo amarillo que te envuelve
como un vasto sarape desgarrado,
mira allá abajo la amiba que te espera
comiéndose a sí misma.
Antes de que desciendas al lugar donde la luz se olvida,
mira la mañana ebria de ruidos,
la catedral hundida corno un barco gris,
las estatuas Fe, Esperanza y Caridad
volver hacia ti el rostro cacarañado.
Mira a la gente de sombra descolorida,
los cerros pelones que saludan tu arribo,
los perros, los niños y las margaritas
sufrir la muerte amarga de la lluvia y el aire.
El día aquí es un árbol marchito descuajado,
el beso aquí es una boca metálica y viscosa,
el tiempo aquí es una larga procesión de coches
camino al funeral del hombre.
Homero Aridjis