LOS MUERTOS DE LA REVOLUCIÓN
Llegaron de Chihuahua
de Saltillo de Sonora
descalzos mal encarados furibundos
cayeron en Gómez Palacio
en Torreón en La Cadena
con las manos rotas
las rodillas quebradas
el caballo partido en dos
los halló la noche
los encontró el alba
con un ojo abierto
con el pecho vacío
acribillados en un arroyo
despedazados al pie de un cerro
dinamitados en un tren
lampiños sucios harapientos
los compañeros los despojaron
los buitres los comieron
los amarilleó el polvo
los secó el sol
en el lodo quedaron
famélicos anónimos deshechos
con la calma sobrenatural de los muertos
Homero Aridjis