PERRO SIN CASTA
1 de agosto
El instante supremo, el esperado
desde una eternidad, la hora mía.
Y la dejó volar mi cetrería
sin haberle sus himnos escuchado.
Perro de presa como soy, atado
me quedé al botalón mientras huía
la bestia tributaria que tenía
mi corazón en la cerviz tatuado.
¡Ah perro sin riñones y caballo
sin yegua genital! Y no lo callo
y acúsome de ser perro que suele
doblar la cola cuando el mundo yerra,
y permutar los panes de la tierra
por las harinas que el abismo muele.
Germán Pardo García
"Cave canem" (Inscripción en la puerta de la casa del poeta Lucius Floros, en las ruinas de Pompeya).