ÁNGELES SOBRE LORETO
Cuando por sierras de Loreto el día
aún no descubre su pasión temprana,
el silentismo de la noche engrana
la luz de un astro a la quietud sombría.
Mas lentamente la cipresería
sus verdes claroscuros enmanzana,
para que el acitrón de la mañana
destile en sus cogollos ambrosía.
Y Venus palidece y las estrellas
en su tenue apagar arden más bellas,
¡Cuánta divinidad, cuánta armonía!
¡Qué frescura en el pino y el abeto!
¡Qué hermosura por sierras de Loreto,
cuando surgen los ángeles del día!
Germán Pardo García