EL ARCÁNGEL JUAN
Juan era el nombre más distribuido.
El molinero se llamaba Juan
y el albañil y el leñador fornido.
Seres que ahora en el sepulcro están.
Se me grabó su nombre en el oído.
Sus cuatro letras con sabor a pan.
El arcángel de todos conocido:
el aguador y el ciego y el gañán.
Cuatro letras, cual la palabra vida.
Proclámalas mi voz empueblecida.
Son a mi puerta el único guardián.
Y si alguien me pregunta: ¿adónde has ido?
respondo desde un sueño y distraído:
¡vengo de casa del arcángel Juan!
Germán Pardo García