LOS MONTES VOLARÁN
Cuando se encuentre lista la montaña
para volar y cunda la leyenda,
y el nadir estelado la comprenda,
y en su cuartel azul la telaraña,
veré aterrado la divina hazaña
un instante después que yo sorprenda
que antes que el humus a volar aprenda,
le da la luz movilidad extraña.
Fallarán para mí los crisantemos.
Recordaré que el sol no es labrantío.
Le nacerán al mar ojos supremos
bajo el encristalado espumerío,
y de sus plataformas volaremos
las montañas y yo rumbo al vacío.
Germán Pardo García