LÁGRIMA DE SOLEDAD
Yo le honro en mi ser y le venero
sobre las aras que a su amor levanto,
cuando en las noches ábrese su manto
de limpia nube y de caudal lucero.
Soy un mendigo de su luz y muero
de amor celeste y de anhelarle tanto,
y en ansiedad de júbilo y de espanto
su aparición deslumbradora espero.
Ardo en la luz, apasionadamente.
Y mientras el silencio de la frente
al corazón su soledad inclina,
una lágrima fiel trémula baja,
y en el fulgor de su amargura cuaja
la perla azul de mi pasión divina.
Germán Pardo García