VEINTE AÑOS
Ya mi cuerpo tenazmente se aferra
como un árbol al seno de la tierra.
Veinte años he vivido
y de la universal entraña
me he nutrido,
como el árbol de la montaña.
Gajos llenos de vigorosos nudos
son mis brazos desnudos,
y la sangre por ello se derrama
como la savia por la joven rama.
Ya mi cuerpo tenazmente se aferra
como un árbol al seno de la tierra.
El instante que huye
es ráfaga que me despoja
como a un árbol. Mas luego reconstruye
mi alma cada flor y cada hoja.
Y enfrente a los crepúsculos oscuros
de la vida, soy árbol que en reposo,
sin saberlo alimenta silencioso
el germen de los árboles futuros.
Germán Pardo García