A UNOS CELOS
Extiende con firmeza,
O Júpiter, el brazo,
Despidiendo al momento
Tu penetrante rayo.
Cielos, dejad que venga;
Nubes, abrid el paso;
Aires, impulso dadle,
Y fuegos, inflamadlo,
Para que me divida
El pecho desdichado,
Y consuma allá dentro
Unos celos amargos,
Que no puedo extinguirlos...
Vamos, Júpiter, vamos.
Pero tente, que puedes
Destruir el retrato
De aquélla, que los causa,
Que allí también lo guardo;
Y entonces por vengarme
Me hicieras mayor daño.
Gaspar María de la Nava Álvarez, Conde de Noroña