CONSERVA TU RISA
IMITACIÓN DE LAS ESTROFAS A INÉS, DEL CHILDE HAROLD DE BYRON.
DEDICADA A MI AMIGA C***
En vano la sonrisa halagadora
Vaga en tus labios bellos,
Y otra demanda de mis labios mustios
Que agito con esfuerzo.
¡No, no puedo reír! mira esta frente
Que marca infausto sello...
Mas no la mires, no, guarda tu risa
Y hágala eterna el cielo!
Sonríe siempre; a preguntar no tornes
Con importuno ruego,
Qué origen tiene la profunda pena
Que me desgarra el pecho.
¡Ay! ¿de qué sirve conocer los males
Que no tienen remedio?
Los que yo sufro, amiga, no se templan
Ni con tu dulce afecto.
No el odio adusto me envenena el alma,
Ni es de amor mi tormento:
No nacen mis insomnios devorantes
De ambiciosos proyectos.
Huir de mí misma necesito... ¡atiende!
Mi mal estriba en esto:
¡Me ensangrienta el azote de la vida!
¡Me agobia el pensamiento!
Como llevaba el fratricida errante
La maldición del cielo,
Yo arrastro en mi carrera vagabunda
Mis fúnebres recuerdos.
Mas allá del sepulcro mis miradas
A llevar no me atrevo.
Y solo en el sepulcro hallar pudiera
Mi corazón consuelo.
Que gocen otros de ventura y gloria
Los perfumados sueños:
No sé si tarde o demasiado pronto,
Yo por mi mal despierto.
En mi funesto y áspero destino
Por solo alivio tengo
Saber que no consiente la grandeza
De mi desdicha aumento.
Guárdate, empero, de pedir te explique
Este infortunio acerbo:
No inquieras por qué causa misteriosa
Tan infeliz me encuentro.
Al cielo mira y a la luz sonríe,
Yo en verte me recreo;
¡Mas nunca intentes penetrar en mi alma
Que en ella está el infierno!
Diciembre de 1845
Gertrudis Gómez de Avellaneda