PRIMERA CITA
Surgió lenta la luna en el otero:
recuéstome en el musgo plateado
y de luz y de sueños embriagado
a la serrana de mi amor espero.
Pronto veré en mis brazos prisionero
de su cuerpo el tesoro perfumado
Oigo el ritmo del viento sobre el prado
y el rumor de su paso en el sendero.
¡Late mi corazón enternecido!
Ave que huye del materno nido,
es para mí su gracia encantadora.
—¡Te amo!—la virgen trémula murmura.—
Y mientras tiemblo absorto en su hermosura
ella en silencio me acaricia y llora.
Froylán Turcios