EL DOLOR DE LA AUSENCIA
Cuando entre luz y púrpura aparece
La alba , y despierto jay triste! y miro el día,
Y no hallo la dulce Laida mía,
Alba y púrpura y luz se me oscurece.
Lloro, y crece mi llanto cuanto crece
Mas la lumbre, y la sombra se desvía,
Y un torpe hielo así me ata y resfría,
Que aun la voz para alivio me fallece.
Y a un tiempo apura amor con alto fuego
En este ancho desierto el pecho mío,
Donde el pesar lo aviva más y enciende.
Lloro pues y ardo; así mi amor se extiende
Tanto, que a luz y a sombra y a rocío
Muero en llamas, y en lágrimas me anego.
Francisco de Rioja