SONETO VI
Yace tendido en la desierta arena,
Que cuasi siempre el mar baña y esconde,
De Tirsi el cuerpo; el alma alverga donde
Sembró Amor la simiente de su pena:
Allí miéntras su llanto amargo suena
Entre las peñas, Eco le responde:
Tirsi cuitado, ¿dónde estás? ¿Por donde
Saldrás a ver tu luz pura y serena?
Aquí el cielo nubloso, el viento airado
Mantienen con el mar perpetua guerra,
Y él con estas montañas que rodea.
¡Ay de ti, Tirsi, de dolor cercado,
Más que de mar, cuando será que lea
Fili en tu frente lo que el pecho encierra!
Francisco de Figueroa