SONETO XXXVIII
¡Ay de mí! siempre, vana fantasía,
sin término dilatas tu remedio,
¿Cuándo será que libre de este asedio
de males me amanezca libre un día?
Rendirme será infame cobardía;
¿aguardaré? La muerte antes que el tedio
de una esperanza. Osar sólo es el medio.
Osemos; que es dichosa la osadía.
Hoy pondrás fin a vida tan amarga;
hoy, si bien sales hoy, corazón mío,
de ti sacudirás tan grave carga.
¿Quién aguarda a mañana mal prudente?
Que acabe de correr espera un río,
y él corre y correrá perpetuamente.
Francisco de Medrano