SONETO XXVIII
Sólo uno el hombre nace despojado
de bien todo, y de todos envidioso;
mísero él sólo, y sólo él ambicioso,
para nada despierto y enseñado.
A llorar sí, que sólo esto de grado
le dio naturaleza, y tan vicioso
y tan rudo animal, y así lloroso
para dueño de todos fue criado.
El sólo ni ofender ni defenderse
en diferencia tanta de animales,
ni comer puede o sabe, ni moverse.
¡Oh loco! y pensará nacer de tales
principios para sólo envanecerse!
¡Cuál es la presunción de los mortales!
Francisco de Medrano