SONETO IX
Soberano Señor, cuyo semblante
tal vez nos representa a Marte crudo
con el estoque vengador desnudo
y la túnica estrecha de diamante,
tal nos pone pacífico delante
preso el cabello con curioso nudo
de lauro, y con un libro por escudo,
no menos sabio a Apolo que elegante.
Honra ahora las letras, y con ellas,
émulo de tu padre y de sus leyes,
da a la paz el dominio de tu tierra,
de tu abuelo después sigue las huellas,
pues igualmente es propio de los reyes
amar la paz y ejercitar la guerra.
Francisco de Medrano