SONETO XXVIII
Puso el Señor del cielo en vuestra cara
tanto de lo admirable y peregrino
que el mundo fuera acá de vos indino,
si por señora de él no os criara.
En veros, la razón distinta y clara
se ve, que, fue decreto alto y divino
reina ser vos del Ártico al Astrino
...y mucho más si el Sol más rodeara.
Nunca llegó deseo ni pensamiento
a descubrir de vista el bien que ahora,
Ana real, goza por vos el suelo;
tanto que el estrellado firmamento
al suelo envidia y más querría la Aurora
ser nuestra luz que del que alumbra el cielo.
Francisco de Aldana