JUEZ
Este juez
que condenó a seis meses de cárcel
a un campesino
había huido de las bibliotecas
y bebía su ley en el agua del campo.
Él iba por la siembra y entraba
en la casa de los ladrones.
Él ponía el oído
sobre las grietas de la tierra
y allí escuchaba
la voz y la música de sus sentencias.
Él dormía bajo los árboles
y veía el cansancio resbalar en la siesta.
Todos los días
durante los seis meses
que estuvo el campesino preso,
este juez iba al huerto del campesino
y regaba las coles, la yuca y los pimientos.
Andrés Eloy Blanco