¿POR QUÉ?
Flores de mi jardín, fuentes y nieblas,
brisas, perfumes que en el aire vagan,
astros que titiláis en las tinieblas,
tibia luz de las tardes que se apagan.
Árboles que crecéis en la espesura,
en medio de peñones y de abismos;
testigos de mis horas de ventura,
¿por qué me hacéis llorar, si sois los mismos?
¡Ay! todo, todo me lastima y hiere,
todo lo miro tenebroso y yerto,
porque en mi alma se entona un miserere,
y están doblando a muerto.
Diego Uribe