LOS SONETOS DE ZAPOTLÁN
I
A Juan José Arreola
Un amarillo estar de otoño al día.
Sus olvidadas comunicaciones
abrieron los antiguos corazones
que junio en otros junio exprimía.
Triunfos de corporal idolatría
desnudan sepulcrales posesiones.
Las perlas, amargadas, las acciones
atléticas, vejada fantasía.
¿En dónde estás, eterna primavera?
¿Por qué perdí tu claridad ligera
y en flores amarillas te descubro?
Y devorado por mi boca herida,
con las palabras que te digo cubro
la muerte más hermosa de mi vida.
Carlos Pellicer
Incluido en Antología de la poesía mexicana del siglo XX. Carlos Pellicer