Si sólo de tus ojos yo tomara
la actitud para ver, sólo a ti viera.
Si yo a tu corazón pudiera entrar,
saldría bien poblado de luceros.
Hay en tu corazón cielo de noche,
lo dicen alto tus ojos; yo lo veo.
Y paseo el destino de mis ojos
sobre el jardín de toda tu persona.
Horas de Junio pensando en tus ojos,
en tu sangre tan bella.
El medio día
y su inmenso estandarte
se inclinan para ti. La poesía
calla, sólo en ti su lluvia cae.
Las Lomas, junio de 1967
Carlos Pellicer