EPIGRAMAS
El trapacero Canuto
hace un año que murió:
pagó a la parca tributo...
—Fue lo único que pagó.
*
Tú que el dedo no te mamas
espero que me dirás:
¿por qué a las mujeres, Blas,
algunos les llaman damas?
—Porque aman al que da más.
*
Dijo la niña Isabel
cuando con Juan se midió:
no somos iguales: él
tiene un dedo más que yo.
*
Oiga, señor de la Torre,
¿por qué a un militar cualquiera
le dicen que está en carrera?
¿Por qué ha de ser?... porque corre.
*
¡Lindos pies te ha dado Dios!
bien mereces otros dos.
*
Hicieron guarda de aduana
marítima a Jaramillo,
y a poco su bella hermana
resultó con un chiquillo.
Él, muy enojado, pronto
quiso matar al muchacho;
pero ella le dijo: «¡tonto!
¡te quedas sin el despacho!»
Antonio Plaza Llamas