EPIGRAMAS
Al cortarse un usurero
las uñas, exclamó Lino:
Va a perder este grosero
lo único que tiene fino.
Recortadas, las tiró
saliéndose a poco rato;
vino su gato, las vio,
y le dio hipertrofia al gato.
*
Entraba un recién casado
al taller de un peinetero,
y oliendo a cuerno quemado
se paró muy asustado
a sacudir el sombrero.
*
Iban a matar un chivo,
y Cenobio lo evitó.
Su mujer le preguntó:
¿Para qué lo quieres vivo
cuando es inútil así?
El dijo entonces: «Señora,
lo que hago por él ahora
mañana lo harán por mí».
*
Inés mira con enojo
a Pablito el diminuto;
pero el rico don Canuto
ese sí le llena el ojo.
*
«Qué tonta es mi hija Librada»,
dijo el buen Juan Acevedo;
sólo mi hija la casada
esa no se mama el dedo.
*
Casó la niña Villegas
con un rico, sordo y mudo;
porque resistir no pudo
al poder de sus talegas.
Antonio Plaza Llamas