VÍSPERAS DEL DESCUBRIMIENTO DEL MINERAL DE CARACOLES
1870
Sobre las huellas en fuga
transpira la caravana,
donde «El Cangalla» es palanca
con sol de mando en las puntas.
La ambición hunde en las nucas
la espina de una palabra:
—¡Plata, plata, plata, plata!
Y el azar casi relumbra.
Aunque las ruedas reculan
Y las mulas se desmayan,
ciega de horror y distancia,
nadie se queja ni asusta.
Contra el vértigo y la puna,
contra la sed disfrazada,
caminan los del «Cangalla»:
¡hasta el aire aceza y suda!
El cateador les adula,
palmoteando su esperanza:
Ya tendremos en la cama
desnudita a la fortuna!
Más que leyes y escrituras
vale José Díaz Gana.
¡Por él los hombres trabajan,
haciendo al tiempo una burla!
Andrés Sabella