LA QUERELLA INÚTIL
Si ardientes suspiros,
si lágrimas tiernas
vencer no pudieren
tu cruda fiereza;
del pecho brotaron,
al pecho se vuelvan.
Un tiempo mi afecto
premiaste risueña:
trocó tu mudanza
mis glorias en quejas:
mas ¡ay! pues son vanas,
al pecho se vuelvan.
Mas fácil lanzada
se para la piedra,
que escuche los ruegos
mudable belleza:
inútiles ruegos
al pecho se vuelvan.
Los necios rivales
tu olvido celebran,
y escuchan riendo
mis tristes querellas:
del pecho salieron;
al pecho se vuelvan.
Alberto Lista